La dinámica atmosférica impacta en cualquier zona del planeta desde escala global hasta una escala local. Por lo tanto el monitoreo de la atmósfera es de gran importancia para múltiples aplicaciones prácticas como son: cambio climático, interacción océano-atmósfera y litósfera-atmósfera, así como para la evaluación del recuso eólico en términos energías renovables. Las mediciones en campo permiten validar los modelos numéricos, que a su vez nos permiten estudiar zonas geográficas de manera global o de meso escala, y hacer predicciones meteorológicas con fines comerciales, industriales, de navegación e incluso recreativos, así como también para el monitoreo, seguimiento y presencia-dispersión de contaminantes (y gases de efecto invernadero). A escalas más pequeñas es importante entender cómo es que la atmósfera interactúa con superficies no homogéneas (estudio de la capa límite) generando turbulencia y perturbaciones, con importantes efectos en el intercambio de energía en los ecosistemas.